Tejer se ha vuelto más popular en los últimos años, más aún con las restricciones sanitarias debido a la pandemia, que sacó a relucir toda nuestra actividad para pasar el tiempo en casa. Algunos se dedicaron a la pintura, otros ejercitarse, sim embargo, hay un gran número de personas que ven en el tejido, una sana y gratificante manualidad que atraviesa diversas generaciones.
Breve e interesante historia del tejido
La historia del tejido a palillo no es como te la imaginas. Resulta que, en Egipto, fue encontrada una pieza de seda tejida a dos agujas, que data de los años 600 – 1200. Lo más interesante de esta práctica es que, hasta donde se ha podido rastrear, en sus orígenes el tejido a dos agujas era cosa de hombres. ¡Sí, de hombres! Al principio el hombre se encargaba de tejer y del hilado se encargaba la mujer, solo cuando el esposo de una mujer fallecía ella se encargaba del tejido y esta práctica fue promoviéndose por toda Europa.
¿Por qué tejer es considerado una terapia anti-estrés? Aquí te contamos las principales razones:
Se reducen las hormonas del estrés y la presión sanguínea, mientras que aumenta el nivel de endorfinas y de dopamina.
Estás concentrada en la actividad, y dejas a un lado las preocupaciones.
El hecho de que sea una acción repetitiva, en la que se tiene que dar punto tras punto, una y otra vez, provoca un efecto relajante que se compara con el que produce la práctica de yoga o la meditación.
Si se practica en compañía se habla con otras personas, se comparten experiencias, logros, buenos momentos que ayuda a reducir estados de ansiedad.
En el caso de que se teja solo, es un momento perfecto para reflexionar y ordenar tu mente.
Y para que no te sientas tan perdida en el mundo del tejido, te compartimos la jerga típica de las tejedoras:
Urdir puntos: no significa otra cosa que crear puntos.
Sisa: esta es la abertura que se les hacen a las prendas de vestir para que queden bien ajustadas al cuerpo.
Canesú: esta es la parte superior del tejido, que va desde el cuello hasta que termina la sisa.
Raglán: es la pieza que, al verse de frente, su sisa es diagonal.
Cerrar puntos: en la corrida donde dejas de tejer, teje el primer punto, luego teje el segundo y monta el penúltimo punto sobre el último con la ayuda de la punta del palillo izquierdo. Quedará 1 punto en el palillo derecho. Teje otro punto y monta el penúltimo sobre el último; continúa de esta forma hasta haber terminado todos los puntos. Para finalizar remata la hebra.
Levantar puntos: «sacar», con la ayuda de un crochet o palillos, de cada punto uno nuevo y con una nueva hebra de lana para así continuar tejiendo sobre ellos.
Tejer los puntos como se presentan: por ejemplo, si por el derecho de la prenda un punto fue tejido como punto derecho, por el revés se verá como un punto revés y de esa formar debe tejerse.
Esconder y rematar hebras: cortar la hebra de lana y pasar el cabo suelto por el último punto restante. Enhebrar ese cabo de lana y entre pasarlo en el tejido de tal manera que quede escondido en el entramado. Corta la hebra restante a ras de la trama del tejido.
Ahora que ya sabes acerca de esta increíble manualidad, te invitamos a ver el siguiente tutorial en el que aprenderás paso a paso a tejer con palillos:
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